¿Medios de comunicación inclusivos?

La formadora de Medios en Igualdad y periodista, Lourdes Álvarez, analiza su experiencia vivida en Écija durante el transcurso de nuestros talleres.

Hoy nos trasladamos hasta Écija, popularmente conocida como la sartén de Andalucía. El municipio en el que se va a desarrollar nuestro cuarto taller de Medios en Igualdad tiene un significado especial para mí, pues vio nacer a mi padre hace setenta años. Así que voy con más ganas si cabe.

Queremos comprobar en primera persona si hace tanto calor como dicen, pero, por fortuna, es menos de lo esperado. Vamos a sentir calor, sí, pero de nuestros alumnos y alumnas, que estoy segura nos brindarán una cálida acogida desde el primer momento. Nos esperan en la sede de la ONCE con mucha ilusión. Son un grupo de quince afiliados y afiliadas que durante casi cuatro horas debatirán con entusiasmo acerca de la inclusión en los medios de comunicación y cómo éstos están organizados, tanto a nivel nacional como regional. Se muestran interesados y sorprendidos, y manifiestan interés y curiosidad por el tema.

“Los medios dan un trato segregado a los colectivos marginales”

Cada vez que impartimos uno de estos talleres nos preguntamos si todos los colectivos son tratados en igualdad de condiciones, si la inclusión es un hecho o está lejos de ser una realidad. Qué mejor lugar para debatir y reflexionar sobre ello que éste en el que nos encontramos. Entre los asistentes, una opinión unánime: “los medios de comunicación dan un trato segregado a los colectivos marginales: discapacidad, movimiento LGBT o inmigrantes”, como señala y denuncia Manuel Cepeda Gámiz, que acude a la formación con su perro guía, Barny, un labrador precioso que lo acompaña desde hace nueve años.

Todos los presentes reclaman una mayor presencia en los medios y que los colectivos minoritarios dejen de ocupar espacios marginales en horarios intempestivos, estando sólo al alcance de una parte de la audiencia. No se sienten representados ni tenidos en cuenta, pues no ocupan el espacio que merecen. Y están en lo cierto. Mi experiencia personal y mi relación con el colectivo de personas en riesgo de exclusión social, desde hace ya algunos años, me ha demostrado que la inclusión es aún una quimera, aunque algunos medios, todo hay que decirlo, están haciendo intentos de llevar a cabo buenas prácticas.

Debemos preguntarnos quiénes son los protagonistas de las noticias que nos llegan a través de los diferentes canales de información y comunicación que tenemos a nuestra disposición. Muchos de lo asistentes se quejan del excesivo protagonismo que cobran las noticias deportivas (fútbol en su mayoría) y de ámbito político en los informativos de radio y televisión, así como en la prensa digital.

También denuncian que el horario de máxima audiencia, el llamado “prime time”, lo ocupan a menudo programas del corazón y “telebasura”. A lo que yo les aclaro: “la oferta siempre guarda relación con la delgada y la sociedad española es consumidora de esos contenidos”. Toda la razón cuando afirman con rotundidad que las personas ciegas nunca aparecen como generadoras de contenidos y noticias que interesen al público en general, salvo excepciones. Como ejemplo, Radio 5, dependiente de RTVE, la Corporación de Radio Televisión Española, que dedica microespacios patrocinados por la propia ONCE. Se preguntan cómo una radio pública que fue creada para ofrecer un servicio público al alcance de todos los ciudadanos y ciudadanas programa está información en programas específicos, aislados y nada integradores, que no se carácter general, y por si no fuera suficiente, lo hace en horarios absolutamente marginales. ¿Qué probabilidades hay que nos oyentes escuchen un programa que se emite en antena el domingo a las once de la noche? Sinceramente, muy pocas.

Pero no debemos olvidar que los medios reproducen y perpetúan todo aquello que la sociedad ha creado y establecido con el paso de los años. Ellos, por sí mismos, no crean tendencias, sólo copian la realidad. Por ello, luchemos conjuntamente por una sociedad inclusiva, en la que toda persona tenga el sitio que merece, una sociedad tolerante y respetuosa con el otro, con nosotros y con cada individuo. Sólo así conseguiremos medios más inclusivos y que dediquen el mismo espacio a todos los contenidos por igual, sin distinción de temáticas, interés o protagonistas.

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