El poder de la voz cuando tus ojos no pueden ver

La periodista Lourdes Álvarez nos cuenta su experiencia en la Delegación territorial de la ONCE en Sevilla hablando sobre igualdad y acceso a la información en el taller de Medios en Igualdad.

“¿Reconocéis su voz?” Pregunto nada más iniciamos el primero de los talleres de Medios en Igualdad. “Por supuesto. Se trata de Jesús Hermida”, responden casi al unísono, transcurridos tan sólo unos segundos desde que accionara el audio. Y la historia se repite cuando escuchan las voces de Julia Otero, José Mª Carrascal, Nieves Herrero, Jesús Quintero, Mª Teresa Campos, Pedro Piqueras, Matías Prats, Rosa Mª Mateo, José Mª García, Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo o Angels Barceló, periodistas con voz propia a pesar de trabajar para grupos de comunicación con determinados intereses económicos.

Periodistas consolidados gracias a años de profesión que les han reportado prestigio, reconocimiento y notoriedad. Periodistas que pueden tomarse la licencia de opinar de la actualidad como deseen, con total libertad y sin la necesidad de rendir cuentas a un partido político u otro, más allá de la línea editorial de los medios por los que han pasado. Pero la realidad empresarial del panorama mediático actual no pasa desapercibida para el grupo que hoy nos acompaña.

Nuestro alumnado sabe que el control de los medios está en pocas manos. Es “vox populi” que hay medios de corte progresista y otros más conservadores, que detrás de este grupo está este banco o aquél y que el tratamiento de la información va a estar muy condicionado por ello.

En cualquier caso, es sorprendente la rapidez con la que reconocen a todos estos periodistas. Yo misma tardaría minutos en identificar sus voces, mientras ellos lo hacen con una facilidad pasmosa y al momento saben de primera mano qué programa tienen al otro lado, tan sólo con escuchar el inicio de su sintonía. El sonido juega un papel muy importante para ellos y la voz, por tanto, adquiere un valor muy especial, una posición privilegiada, convirtiéndose así en signo identitario, en detrimento de los gestos o la palabra impresa, que obviamente, escapan a su percepción. Y es que nos encontramos en la Delegación Territorial de la ONCE, en Sevilla, hablando sobre periodismo, igualdad, accesibilidad y medios de comunicación al colectivo de personas ciegas o con algún tipo de discapacidad visual. Es increíble el poder que adquiere la voz y su capacidad de impacto cuando tus ojos no pueden ver.

“Cuando carecemos de algo, potenciamos y ejercitamos al máximo lo que tenemos”

¿Qué haríamos si careciésemos de visión? Probablemente, agudizaríamos otros sentidos como el oído. Porque cuando carecemos de algo, potenciamos y ejercitamos al máximo lo que tenemos. Explotamos siempre los recursos con que contamos. No cabe la menor duda que nuestros asistentes conocen la radio a la perfección, medio al que acceden en igualdad de condiciones, pues pueden escucharla sin problemas, pero no están familiarizados con las redes sociales, la televisión o la prensa digital, ya que no todos tienen dispositivos móviles, lo cual les limita el acceso a la información. Y es que leer el periódico o ver la televisión, ya sea a través de medios tradicionales u online, nos resultan acciones cotidianas para muchos de nosotros, pero, a veces, no somos conscientes que esos medios no están al alcance de todos y, que, por tanto, la información también está limitada.

Mientras rellenamos el cuestionario inicial, preguntamos por medios de comunicación conocidos, ya sean nacionales, autonómicos o locales, a lo que una asistente me responde con cierta seguridad: “el teléfono móvil, ¿no?”. Yo sonrío e intento perfilarle, detallarle y acotarle la definición aún más. Los medios de comunicación responden a una necesidad informativa o de entretenimiento de la sociedad y en función de eso nos decantaremos por uno u otro o mostraremos preferencia por un programa determinado. Tenemos por delante horas de debate, discusión y aprendizaje. Y es que algunos de los presentes jamás han tenido a su alcance ninguno de los medios tal y como los conocemos hoy día.

La invención de la herramienta “Voice Over” ha supuesto un antes y un después para este colectivo y les ha acercado una información, una actualidad, una realidad en definitiva, que antes tenían muy lejos. Con este lector de pantalla, la falta de visión ya no tiene por qué ser un obstáculo ni suponer un problema. Voice Over te describe en voz alta cada elemento de la pantalla y te proporciona indicaciones útiles. Puedes configurar la velocidad de habla e incluso elegir el tono de voz y esto es extensible a la mayoría de las aplicaciones, las más utilizadas, como WhatsApp, Facebook, Twitter o Instagram. La audio descripción es vital. La mejora de la accesibilidad gracias a ésta y otras técnicas es manifiesta. Ahora bien, partimos erróneamente de la premisa que todas estas personas han nacido en la generación de los smartphones y presuponemos que están conectados veinticuatro horas al día siete días a la semana, pero, ¿qué ocurre con aquellas personas analfabetas digitales que jamás han estado en contacto con todos estos medios por razón de edad, estrato social o cualquier otra variable? ¿Quedan al margen de la información? ¿Qué podemos hacer para paliar este déficit? Se necesita inversión, obviamente. Necesitamos apostar por una mejora de la accesibilidad de todo tipo de contenidos, como ya lo hizo Canal Sur Andalucía con la introducción de subtítulos y del lenguaje de signos en su programación para las personas con discapacidad auditiva, lo que la convirtió en la primera cadena televisiva generalista de carácter 100% accesible.

Todos los medios por igual deberían proporcionar las herramientas necesarias para que sus contenidos fueran accesibles. Porque si la información no está al alcance de todos, estamos incurriendo en la privación de un derecho. Toda la ciudadanía en su conjunto y sin excepciones, tiene derecho a estar informada. Y es que una sociedad bien informada es una sociedad educada y menos susceptible de ser manipulada. Un sociedad con criterio propio, con conciencia y con capacidad de decisión y actuación.

Lourdes Álvarez Pérez